Control Mosca de la fruta

Control Mosca de la Fruta

Ceratitis capitata

Dentro del orden Diptera, la familia Tephritidae, de amplia distribución en todos los continentes, es la que presenta las especics que causan más daños de importancia económica en los frutales.

Nombre científico

Ceratitrs caprtata Wiedemann.

Nombres vulgares: «Mosca de las frutas», «mosca mediterrá nca» ,«mosca dc la naranja» ,« bolsa del mclocotoncro», «gusano de las frutas», «gusano dc las uvas» ,« gangrcna» ,«alfilcrazo», sicndo conocida cn los paíscs dc lcngua inglcsa como «med fly» , «fruit fly» , «orangc fly ».

Distribución

Hoy día C. capitata puede ser considerada como especic cosmopolita, siendo auxiliada en su dispersión, aunque involuntariamente por el transporte de productos realizado por el hombre. Desde su zona africana de origen se extendió a todós los lurares no sólo de clima cálido, sino a las zonas tcmpladas. De esta forma la encontramos ocupando cl sur y el este dc Africa y Madagascar, toda Europa meridional y Nortc de Africa (de ahí la denominación inglesa de «Meditcrrancan fly)», este de la India, Nucva Zelanda, Argentina, Pcrú, Brasil, Centroamérica, también en las Bermudas, Canarias, Azores e islas Hawai.

Adulto

Su tamaño es algo menor que el de la mosca doméstica, de colores vivos: amarillo, blanco y negro. Su cabeza presenta grandes ojos verdes, iridiscentes; el tórax es gris con manchas negras y largos pelos; el abdomen es iconado con franjas dorsales amarillas y grises.

Las patas son amarillentas. Las alas, irisadas. presentan algunas áreas de aspecto ahumado. La hembra posee un abdomen en forma cónica terminando en un fuerte oviscapto en el que se insertan abundantes sedas sensoriales amarillas y negras. El macho, algo más pequeño, se caracteriza por poseer sobre la frente dos largas sedas que culminan en una paleta romboidal.

Huevo

De forma ovoide, es blanco perlino recién puesto, para amarillear poco después. Su tamaño medio es de I mm x 0,20 mm. La superficie, lisa a simple vista, presenta una micro retícula de malla exagonal.

Larva

ficha mosca de la fruta

Es blanquecina, alargada, sin patas, afilada en la parte anterior y truncada posteriormente. Después de efectuar dos mudas, alcanza su completo desarrollo presentando un color blanco 7 ocráceo o amarillo con manchas crema, anaranjadas o rojizas, debidas a la presencia de alimentos en su interior. Su tamaño es aproximadamente de 9 mm x 2 mm.

Pupa

ficha mosca de la fruta

Concluida la última muda, la exuvia se convierte en una cubierta protectora en forma de pequeño tone de color castaño. En su interior se desarrolla una fase de profundas transformaciones en el cuerpo del insecto, que culminarán con la consecución de la fase de adulto. Cuando éste emerge, el pupario se abre transversalmente, a modo de casquete, por uno de los extremos.

Comportamiento

Este sale del pupario que se encuentra enterrado a profundidad variable alrededor de los árboles y busca, generalmente, un lugar soleado.

Un cuarto de hora después de su emergencia, los tegumentos se endurecen por completo y el insecto adquiere la coloración típica de la especie.

Después de un breve período, el adulto emprende el vuelo, pues sus alas se encuentran ya perfectamente desarrolladas y funcionales, aunque no ocurre así con sus órganos sexuales.

Se posa en seguida sobre cualquier objeto que encuentre próximo y así va progresando en vuelos cortos para detenerse, al fin, allí donde encuentre materias azucaradas, las cuales busca con avidez y que, en realidad, son necesarias para que alcance su completa madurez sexual.

Las fuentes principales de estas sustancias son los frutos, pero también aprovecha los nectarios y exudaciones de las plantas, o incluso las melazas o exudaciones producidas por otros insectos, tales como pulgones y cochinillas.

EI encuentro de los dos sexos se produce cuando el macho comienza exhalar una característica secreción olorosa mediante la cual puede ser reconocido por la hembra a cierta distancia, actuando como atrayente sexual que facilita la cópula.

Una vez fecundada, la hembra inicia la puesta, se posa sobre el fruto, frota sus patas anteriores extendiéndolas hacia adelante, abre y arquea sus alas y se mueve describiendo círculos, mientras que con la probóscide va explorando la superficie hasta encontrar el lugar adecuado.

Entonces curva el abdomen y apoya el ovipositor, presionando con la punta sobre el epicarpio hasta perforarlo. En esta operación puede invertir hasta quince o veinte minutos, según el estado de madurez en que el fruto se encuentre.

A continuación realiza la puesta, que se prolonga unos diez minutos, permaneciendo durante este período el insecto inmóvil. El número de huevos depositados por término medio por una hembra en cada cámara de puesta puede oscilar entre uno y ocho, aunque la variación observada es muy amplia.

Alrededor de la herida se forma una aureola pálida, si el fruto está verde, o marrón, si está maduro, que pone de manifiesto el lugar atacado.

Ciclo biológico

ciclo ceratitis

Después de dos o más días, según la estación, los huevos eclosionan y las pequeñas larvas penetran en la parte profunda del fruto, horadando la pulpa con sus mandíbulas.

La vida larvaria se prolonga durante once-trece días en condiciones favorables; luego, la larva, ya madura, se deja caer al suelo, si es que el fruto permanece en el árbol. Su cualidad de arquearse y saltar les permite dispersarse, enterrándose al fin algunos centímetros y transformándose en pupa.

En condiciones favorables, entre nueve y doce días se producirá la emergencia del adulto. Este ciclo biológico varía mucho según el clima; en consecuencia, el tipo de planta atacada y la intensidad de la infestación cambia de un ambiente a otro.

En el clima suave de Levante, según Gómez Clemente, la secuencia de la vida de Ceratitis es la siguiente: comienza generalmente su ataque en invierno, sobre naranjas y mandarinas, de donde pasa a los albaricoques, en primavera, en la segunda generación; luego, al comenzar el verano, da origen a la tercera, sobre melocotones; más tarde, en agosto, da origen a la cuarta, sobre melocotones o peras.

La quinta generación tiene lugar en septiembre, atacando a melocotones, higos, caquis, etc., y comienza a picar las naranjas y mandarinas aún verdes, y en octubre uvas tardías. Tiene una sexta generación sobre melocotones tardíos, chumbos, naranjas y mandarinas, y si la temperatura se mantiene templada aún puede desarrollar una séptima generación en las mandarinas y naranjas.

Además de los frutos reseñados, puede atacar también a ciruelas, nísperos, manzanas, granadas y prácticamente a todos los frutos tropicales o subtropicales: mango, guayaba, aguacate, papaya, chirimoya, dátil, etc. Se cita en la bibliografa que en especiales condiciones de superpoblación y escaso número de plantas hospedantes su acción perjudicial puede extenderse sobre cultivos de tomates, pimientos y judías.

Daños

galeria ceratitis

En cuanto a los daños, al poder albergar un fruto numerosas larvas, la pulpa puede quedar en gran parte destruida, el fruto cae y se pudre. Las naranjas y las mandarinas atacadas se reconocen porque presentan en su corteza zonas amarillo-ocráceas, blandas y en ocasiones algo hundidas. Los melocotones, quizá su fruta preferida, la mancha es de color castaño, reblandeciéndose la pulpa carnosa hasta el hueso y adquiriendo una consistencia casi líquida.

Hábitat

La longevidad de los adultos de C. capitata está notablemente influenciada por la humedad ambiental. Una extrema sequía es perjudicial, aun en el caso de que se produzca en un período relativamente corto. Las prolongadas precipitaciones entorpecen e impiden la normal actividad de los adultos. Durante la estación fría y Iluviosa son las fases de larva y pupa, y no el adulto, las que prolongando su ciclo al máximo conducen a la especie hasta la estación favorable. La mortalidad de pupas es muy alta en inviernos severos, reduciéndose cuando las condiciones son menos extremas y no tan lluviosas, lo que se traducirá en una irrupción repentina de la plaga en la siguiente primavera. Fue Bodenheimer quien en 1951 clasificó por vez primera los requerimientos climáticos de C. capitata. Combinando la temperatura y la humedad relativa estableció y definió cuatro zonas según fuera la actividad de la mosca en cada una de ellas.

T ºC HR%
Zona óptima 16 – 32 75 – 85
Zona favorable 10 – 35 60 – 90
Zona no favorable 2 – 38 40 – 100
Zona imposible 2 – 40 40

MÉTODOS DE CONTROL

El carácter minador de la larva de C. capitata, así como su posterior pupación bajo tierra, han obligado a que prácticamente todos los métodos de lucha utilizados se hayan dirigido contra el adulto, por resultar más vulnerable.

Dejando aparte los métodos manuales de recoger diariamente los frutos infestados y enterrarlos en fosas con cal, o bien las labores de caba de ruedos junto a los árboles y rociado de la tierra removida con alguna solución insecticida, a fin de eliminar las pupas, o bien el embolsado directo de frutos selectos con bolsas de papel, ciertamente eficaces, pero en la práctica, en muchas ocasiones, demasiado costosos económicamente o irrealizables, los métodos más utilizados pueden ser reducidos a tres:

  • Los mosqueros y trampas caza moscas.

mosca de la fruta

Este es uno de los primeros métodos utilizados para la eliminación de los adultos de las plantaciones frutales. Consiste en colocar en los árboles frascos especiales de fondo elevado y perforado, con una sustancia atrayente de las moscas, que una vez atrapadas no aciertan a encontrar la salida y perecen en su interior.

Son muchos los cebos utilizados:

  • Vinagre
  • Agua de salvado
  • Fosfato amónico al 2%
  • Proteínas hidrolizadas ya comercializadas para este objeto, que se muestran más eficaces y conservan más tiempo su poder de atracción.

Estos mosqueros se colocan en los árboles a la altura de 2 m aproximadamente en la zona del árbol expuesta al mediodía. EI número de ellos varía según el tamaño del árbol. Los atrayentes sexuales, como el trimedlure, adaptados en mosqueros de diferentes tipos (Nadel, Steiner, etc.), han constituido una gran ayuda para determinar la densidad de las poblaciones en los trabajos científicos y al mismo tiempo han resulta do un medio de lucha indirecta contra la plaga, pues, al ser selectiva su atracción sólo para los machos, la proporción de éstos en el ecosistema desciende considerablemente, quedando, por tanto, muchas hembras sin fecundar.

La microencapsulación de este atrayente, lograda recientemente, mejora aún más su persistencia y su manejo, al no tener que recebar constantemente los mosqueros. Finalmente, a partir de los estudios del espectro visual sensitivo de los adultos, se han desarrollado también en los últimos años trampas cromotrópicas diseñadas con los colores que resultan más atrayentes para la mosca (generalmente la gama de amarillos).

Por este medio se elimina un buen número de ejemplares de uno y otro sexo.

  • La lucha química mediante pulverización de insecticidas.

La pulverización total consiste en mojar todo el árbol con una pulverización de insecticida de gota más o menos fina. La cantidad de caldo necesario para el tratamiento de un extenso cultivo, que frecuentemente exige dos e incluso tres pases, rara vez hacen que sea recomendable por economía utilizar estc método.

Pero aún hay más. Contra la pulverización total con insecticidas existen argumentos serios de índole general, como son la aparición de residuos tóxicos en la pulpa de los frutos, puesto que éstos pueden absorber a través de la piel las materias activas de los insecticidas e incluso transformarlas, dando lugar a metabolitos que en ocasiones pueden resultar más tóxicos que los propios insecticidas.

Los insecticidas potentes diseminados de manera indiscriminada e insistente sobre una zona pueden terminar, en efecto, al menos momentáneamente, con una plaga; pero también eliminan de modo inevitable a otros muchos animales que son necesarios para mantener el equilibrio del ecosistema, e incluso para asegurar la supervivencia del propio cultivo que se desea proteger.

Y finalmente, el uso y abuso de los insecticidas de cualquier tipo terminará en éstos (al igual que en otros casos semejantes y bien conocidos) por seleccionar formas resistentes, lo que crearía una nueva situación cuyas consecuencias no son difíciles de imaginar. Mediante el método denominado de pulverización cebo se resuelven en parte o al menos se palian los inconvenientes enumerados hasta aquí.

Este método consiste en mojar una rama o superficie del árbol, orientada al mediodía -bien manualmente árbol por árbol, o en bandas si se realiza desde avión- con una mezcla de insecticida y un cebo atrayente, generalmente proteína hidrolizada.

Modo de acción Materia activa Plazo de seg.
Moduladores del canal sodio Lambda cihalotrin (Solo pulverización cebo) 7
Etofenprox (Solo pulverización cebo) 14
Antagonistas del receptor de nicotínico acetilcolinesterasa Spinosad (Solo pulverización cebo) 1
piretrinas Deltametrina (trampas captura masiva o atracción y muerte)
Inhibidores de la síntesis de la quitina (regulador de crecimiento) tipo 0 lepidópteros Lufenuron en trampas de esterilización N.P
  • La lucha biológica

Los métodos de lucha o control biológico se desarrollaron, frente a los químicos, como nuevos métodos alternativos de control de insectos. La lucha biológica en un sentido estricto podría definirse, según De Bach, como «La acción de parásitos, predadores y patógenos para mantener la densidad de otros organismos a un nivel más bajo del que podrían alcanzar en su ausencia». En sentido más amplio, y según otros autores, comprendería además la lucha autocida (empleo de machos estériles), la microbiológica (empleo de virus, bacterias, protozoos y hongos), la utilización de hormonas y atrayentes, la resistencia de plantas huéspedes, etc

Mucho se ha investigado sobre los parásitos naturales que pudieran limitar las poblaciones de Ceratitis en los países que soportan sus desastrosos ataques. La lista de parásitos, principalmente himenópteros, es bastante numerosa: más de 25. Sin embargo, bien por la escasa eficacia, bien por las dificultades de cría artificial, los resultados obtenidos están lejos de lo que se esperaba.

Depredadores

La araña Pardosa cribata Simon (Araneae:

Lycosidae) se alimenta de adultos de la mosca recién emergidos.

El carábido Pseudophonus rufipes (De Geer) se alimenta de las pupas de la mosca presentes en el suelo.

Existen, además, otras especies de arañas, carábidos, estafilínidos y dermápteros que probablemente también se alimentan de la mosca aunque su acción aún no ha sido evaluada.

Parasitoides

Desde 2002 se han importado tres especies de bracónidos:

Diachasmimorpha tryoni (Cameron) y D. longicaudata (Ashmead) (parasitoides larvarios) y Fopius arisanus (Sonan) (parasitoide de huevos).

Entre los parasitoides  más abundantes son los pteromálidos: Pachycrepoideus vindemmiae (Rondani) y Spalangia cameroni Perkins. Ambos son parasitoides de pupas.