Esta temporada vamos a fijar la atención y esfuerzo en el suelo de nuestro huerto. El suelo, actor fundamental en el cultivo, que aveces se queda en un simple contenedor en el que se pone el granado, fijando el esfuerzo y gastos solamente en el estado de la planta.

Actuando de una manera u otra según veamos como van las hojas, flor o fruto. Olvidando que el suelo hay que mantenerlo VIVO para facilitarle el trabajo al árbol.

Los diferentes sistemas de cultivo tienen diferentes niveles de perturbación en las colonias de microorganismos que habitan en el suelo. Algunas prácticas afectan a algunos grupos de microorganismos. Cualquier acción que tenga un efecto sobre el suelo o sobre la planta también lo va a tener sobre el conjunto de los seres vivos que habitan en la micorizosfera y en el suelo en su conjunto.

Cuanto más intenso sea el trabajo mayor es la perturbación.

Entre los factores de perturbación que han sido estudiados destacamos:

Cultivo del suelo: El trabajo del suelo rompe las redes de micelios producidos por las micorrizas.

Compactación del suelo: Una mala estructura disminuye la biomasa microbiana del suelo y su actividad.

Rotaciones de cultivo: Uno de los objetivos de las rotaciones es modificar el hábitat de los patógenos que viven en el suelo. Pero a su vez se está también afectando a microorganismos asociados a determinados tipos de cultivos. Las plantas que no micorrizan pueden excretar sustancias que inhiben la micorrización en cultivos posteriores a la vez que se modifican las colonias de bacterias que establecen relaciones sinérgicas con las micorrizas.

Fertilización química y pesticidas. La aplicación de productos químicos afecta a las poblaciones de microrganismos del suelo. Su efecto varía en función de las cantidades, frecuencias, tipos de microorganismos, etc.

Plantas transgénicas: Se ha estudiado el efecto del maíz modificado genéticamente para incorporar la toxina insecticida Bt. Parece ser que la presencia de la toxina en las células de las raíces como en los restos de cosecha afecta al desarrollo de micorrizas y otros microorganismos de la rizosfera.

Los sistemas de cultivo que menos modifican el funcionamiento natural del suelo son aquellos que contienen una mayor masa de microorganismos. También en ellos se detectan mayor cantidad de microorganismos patógenos, hecho que frecuentemente se utiliza para promover prácticas perturbadoras como el laboreo, la quema de rastrojos o la aplicación de pesticidas.

Sin embargo, en los agrosistemas donde se alcanza un equilibro las colonias de microorganismos son capaces de controlar los efectos de los microorganismos patógenos sobre las plantas y los beneficios obtenidos son mayores lo que se traduce en mayor disponibilidad de nutrientes, plantas más sanas y mejores cosechas.

Esquema de la rizomicosfera en función del tipo de agricultura. Fuente: J.F. Johansson et al. (2014)

Apuntes elaborados por: Asociación Vida Sana.

“Crops for Better Soil” Life 10 ENV ES 471